El IRPF es uno de los impuestos más importantes que tienen que presentar todos los autónomos en su condición de persona física. Para ello, existen una serie de trámites administrativos que todos los autónomos tienen que realizar, y su gestión no está exenta de errores.
Por eso, si eres autónomo, tienes que tener en cuenta una serie de aspectos para evitar problemas con la Agencia Tributaria. Estos son los errores más habituales a los que te puedes enfrentar.
Escoger de forma incorrecta la retención del IRPF en las facturas
Aunque con carácter general, los autónomos tienen que aplicar el 15% de retención de IRPF en sus facturas, durante los dos primeros años de actividad, los trabajadores pueden aplicar una retención reducida del 7%. Sin embargo, esto no quiere decir que vayas a pagar menos cuota que el resto de trabajadores.
Hay que recordar que las retenciones no son más que un abono anticipado del IRPF. Su regularización se realiza cuando se presenta la declaración de la renta entre los meses de abril a junio del año siguiente. Por eso, cuanto menos retengas, más tendrás que pagar en la declaración, de manera que, aunque exista la opción, puede que al autónomo no le interese aplicar la retención mínima.
Presentar el modelo 130 cuando no estás obligado a ello
No todos los autónomos tienen que presentar el modelo 130 del IRPF. Si aplicas la retención del IRPF en más del 70% de tus facturas, teniendo en cuenta el volumen de facturación del ejercicio anterior, entonces no estarás obligado a hacerlo. Este porcentaje se aplica en el trimestre anterior en caso de nuevos autónomos.
Por eso, si no estás obligado a presentarlo, es posible que te interese no hacerlo para reducir tu carga administrativa y evitar errores humanos. Ahora bien, deberás tener cuidado, porque antes de cambiar tu forma de presentación tendrás que presentar el modelo 036 dando la baja de la obligación.
Escoger de forma incorrecta el método de tributación de autónomos en el IRPF
Los autónomos pueden escoger entre dos métodos de tributación en el IRPF: el sistema de estimación directa o el sistema de estimación objetiva, más conocido como módulos. En principio, los autónomos pueden escoger libremente acogerse a la primera modalidad, mientras que el sistema de módulos está mucho más limitado.
La elección entre uno y otro condicionará de forma significativa lo que cada autónomo pagará en el IRPF. Por ejemplo, los trabajadores acogidos al sistema de módulos, ante una caída de la facturación como la que muchos negocios han sufrido a causa de la pandemia de la covid-19, se verán obligados a pagar una cantidad mayor que la que correspondería al sistema de estimación directa. En estos casos, es probable que el sistema de tributación esté mal escogido.
El IRPF de las facturas de autónomos no lleva IVA
Una de las confusiones más habituales a la hora de presentar la declaración de la renta es qué importe incluir: el de la base imponible de las facturas sin IVA o con IVA. Pues bien, los importes que se incluyen tanto en el modelo 130 como en la declaración de la renta son por la base imponible. Sin IVA ni IRPF.
La única excepción es para actividades que están exentas de IVA. En estos casos, el IVA consignado será cero, así que no podrás deducirlo y, para ti, el IVA significa que es un mayor gasto.
Errores en el IRPF al hacer la declaración de la renta
Dependiendo de tus ingresos, es probable que estés obligado a presentar la declaración de la renta, es decir, el modelo 100 de la Agencia Tributaria, pero ya te adelantamos que, si eres autónomo, casi con total seguridad tendrás que hacerlo porque probablemente tendrás más de un pagador, y para ello tendrás que rellenar toda la información necesaria.
Si este es el caso, hay una serie de errores comunes que se cometen de manera habitual, como no deducirte todos los gastos a que tienes derecho o consignarlos de forma incorrecta, no revisar los datos que ya proporciona Hacienda, dando por hecho que son los correctos o no tributar por el sistema que te corresponde, entre otros.