IVA soportado e IVA repercutido, ¿qué son y qué diferencias hay entre ellos?

Presentar el modelo 303 de IVA es una de las muchas obligaciones como autónomo y empresa. Una de las primeras cosas que debes entender para hacerlo de forma adecuada es la diferencia entre el IVA soportado y el IVA repercutido.

De forma muy resumida, el primero se refiere a tus gastos como empresa y el IVA que debes pagar por ellos. Mientras, el segundo es el que tú cobras o repercutes a tus clientes. Estos dos tipos de IVA. Esta es la principal distinción entre el IVA soportado y el repercutido, pero no es la única.

Qué es el IVA repercutido

Cada vez que emites una factura o vendes un producto debes incluir el IVA correspondiente según el producto o actividad. Eso es el IVA repercutido.

Este IVA se suma a la base imponible o el coste del servicio que ofrezcas y va desde el tipo general del 21% al superreducido del 4%. Pero este IVA no es tuyo en realidad, es de Hacienda, ya que autónomos y empresas solo actúan como recaudadores del impuesto.

La declaración trimestral de IVA sirve precisamente para devolver ese IVA a la Agencia Tributaria. Y ahí es donde entra en juego el IVA soportado, que es una forma de compensar al autónomo por ese trabajo y también de evitar problemas de doble imposición.

Qué es el IVA soportado

El IVA soportado es el que soportas como autónomo para poder llevar a cabo tu trabajo. Cada vez que compras materiales o usas un servicio, el proveedor añadirá también el IVA, exactamente igual que haces tú.

Para él será el IVA repercutido, pero para ti se convierte en IVA soportado y viceversa.

¿Por qué hay dos tipos de IVA?

Las dos categorías de IVA coexisten porque el IVA es un impuesto que se aplica a toda la cadena de producción, desde las materias primas hasta que lo compra el consumidor final. Cada empresa que participa en el proceso va sumando el IVA correspondiente a su trabajo y deduciendo a través del modelo 303 el que debe asumir para hacer su parte en la cadena.

Si no fuese así, el precio final de los productos que deben pasar por varias fases y diferentes proveedores, sería mucho más elevado. Además, se daría el caso de que el Gobierno estaría cobrando varias veces el IVA por un mismo producto.

Por eso mismo el IVA soportado se conoce también como IVA deducible, aunque en realidad no son exactamente lo mismo. No todo el IVA que pagas como autónomo o empresario puede deducirse en la declaración trimestral. De hecho, hay que tener cuidado con los gastos deducibles del negocio en el IVA porque Hacienda cuenta con norma muy estrictas al respecto y no son las mismas que aplicarás en el IRPF.

Qué gastos de IVA soportados se puede deducir

La regla de oro es que el IVA soportado es deducible siempre que esté directamente relacionado con tu actividad económica. Esto incluye los materiales que necesites para fabricar tu producto o los servicios que tengas que contratar como internet, teléfono e incluso el alquiler del local.

Dentro de los servicios también se incluye tu programa de contabilidad, la asesoría fiscal, o los abogados. A esto podrás añadir gasolina y gastos de desplazamiento relacionados con la actividad e incluso las dietas, siempre dentro de los límites marcados por la ley.

Lo más importante es que esos productos y servicios estén afectos a la actividad y no sean alguna de las exclusiones a efectos de IVA. Un ejemplo de estas excepciones es la ropa, salvo que sea obligatoria para desarrollar tu labor, como para un cocinero. Tampoco serán deducibles a efectos de IVA las liberalidades como regalos a los clientes o empleados.

Para no equivocarte con el IVA soportado deducible y no deducible existen las asesorías contables y fiscales, que te ayudarán a navegar por esa delgada línea entre el IVA que puedes desgravar y el que no.

Imagen – Luke Peters 

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